Alfonso AlfaroEn 1930, a la edad de siete años, Alfonso Alfaro vio la película King Kong, cuya reseña se incluye en Solo cine, y el autor considera que este impacto le hizo adorar la pantalla grande para siempre. Trabajó en la Universidad Nacional de Colombia, por más de veinte años de donde se pensionó para dedicarse de lleno a sus grandes pasiones que han sido la literatura, el arte y el cine. Por ello ha escrito ensayos sobre arte y literatura, además reseñas de películas, las cuales transmitía él mismo en la Radio Difusora Nacional de Colombia y algunas fueron publicadas en la prensa y revistas culturales. Después de pensionarse tuvo a su cargo el cine club del Centro Colombo Americano en Bogotá por cinco años. En 2006 se publicó su primer libro Una visión diferente: 100 películas del siglo XX, y en 2013 Escritos: Cine, arte y literatura. El libro publicado en 2018, Solo cine, es una selección de las mejores reseñas de los dos primeros libros, además de varias escritas en diferentes épocas incluyendo películas del siglo XXI.
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Solo cine presenta las reseñas de 150 películas realizadas entre 1925 y 2017, algunas de las cuales se han convertido en clásicos del séptimo arte. La selección incluye cine mudo, y diversos géneros cinematográficos, algunas realizadas a partir de novelas históricas, otras de obras clásicas de la literatura y por supuesto ficción. Es la visión del autor sobre películas relevantes de la historia del cine.
Prólogo por Camila Reimers
Caminar por el barrio de la Candelaria en Bogotá, visitar el Museo del Oro y la Bibilioteca Luis Angel Arango, es en sí una experiencia enriquecedora, pero hacerlo acompañada de Alfonso Alfaro es aprender, descubrir y amar la historia de la ciudad a través de alguien que es parte de esa historia.
Al desplazarnos por las diversas salas, tanto del Museo del Oro como de la Casa de la Moneda, en donde se encuentra la Donación Botero, mi guía habló sobre arte precolombino, arte colonial, dibujo, pintura, literatura y también sobre cine, que lo había atraído desde su infancia, y del que ha escrito a lo largo de su vida para periódicos y revistas, y luego, al pensionarse de la Universidad Nacional de Colombia, tuvo a su cargo el cineclub del Colombo Americano por cinco años.
La Editorial Mapalé ha publicado dos libros de Alfonso Alfaro: Una visión diferente, que presenta las reseñas de cien películas de varios continentes realizadas a lo largo del siglo XX, algunas de las cuales son consideradas clásicos del séptimo arte, y Escritos: Cine, arte y literatura, una compilación de escritos de cine, escritores y artistas plásticos que al autor le han apasionado a lo largo de su vida. Solo para mencionar algunos, se encuentra un ensayo sobre la vida y obra de Vincent van Gogh incluida su famosa correspondencia con su hermano Theo o un ensayo sobre el prolífico escritor japonés Yukio Mishima.
Este, su tercer libro, Solo cine contiene una selección de las películas del primer y segundo libro, clásicos como El que debe morir, película francesa de 1957, que ha resistido incólume el paso de los años; El miedo devora las almas, dirigida por Fassbinder, relacionada con inmigrantes en Alemania de países del Norte de África, particularmente de Marruecos en los años setenta; y El lugar sin límites, película mexicana basada en la obra homónima del escritor chileno José Donoso.
Solo cine contiene además comentarios de películas variadas, entre ellas: Luces de la ciudad, de 1931, escrita, dirigida, musicalizada y protagonizada por el gran Charles Chaplin. De otras películas, don Alfonso hace énfasis en la música que es otra de sus pasiones. Cuando habla de Carmen, dirigida por Carlos Saura, interpretada por Antonio Gades y Laura del Sol, o Breve encuentro, una historia romántica al estilo de los años cuarenta, en la que se escucha el concierto número dos para piano de Rachmaninov interpretado por Elleen Joyce que acompaña de manera magistral esta historia, haciendo de la música un protagonista.
Además nos presenta unas cuantas películas importantes de estos tiempos tormentosos del comienzo del tercer milenio, como Amor del director Michael Heneke, 2012; Frantz, de François Ozon, 2016, y Llámame por tu nombre de Luca Guadagnino, 2017.
Al terminar nuestro recorrido en el museo, yo, olvidando que los caballeros andantes aún existen, quise invitar a don Alfonso a almorzar en algún restaurante en el barrio de la Candelaria, él sonrió diciendo que si yo realmente deseaba probar buena comida, debíamos volver a casa. Sin lugar a dudas tenía razón, mientras saboreábamos los diversos platos y postres que llegaban a su mesa, continuamos conversando sobre música, arte, literatura y cine. Al final de nuestro almuerzo, se levantó para poner música y mientras yo disfrutaba un delicioso café, las notas de Stravinski danzaban por todos los recovecos de esa casa donde en los closets no se cuelga ropa sino que se llenan de libros; donde una colección de más de mil búhos nos observaban desde vitrinas, repisas y paredes; galerías de fotografías con pintores, escritores y compositores se mezclaban con las sonrisas de su esposa, hijos y nietos. La magia de la música se apoderó de nuestro silencio y allí nos quedamos por un largo tiempo.
Los invito a poner música, preparar un delicioso café, sentarse en su sillón favorito y disfrutar de Solo cine.
Prólogo por Camila Reimers
Caminar por el barrio de la Candelaria en Bogotá, visitar el Museo del Oro y la Bibilioteca Luis Angel Arango, es en sí una experiencia enriquecedora, pero hacerlo acompañada de Alfonso Alfaro es aprender, descubrir y amar la historia de la ciudad a través de alguien que es parte de esa historia.
Al desplazarnos por las diversas salas, tanto del Museo del Oro como de la Casa de la Moneda, en donde se encuentra la Donación Botero, mi guía habló sobre arte precolombino, arte colonial, dibujo, pintura, literatura y también sobre cine, que lo había atraído desde su infancia, y del que ha escrito a lo largo de su vida para periódicos y revistas, y luego, al pensionarse de la Universidad Nacional de Colombia, tuvo a su cargo el cineclub del Colombo Americano por cinco años.
La Editorial Mapalé ha publicado dos libros de Alfonso Alfaro: Una visión diferente, que presenta las reseñas de cien películas de varios continentes realizadas a lo largo del siglo XX, algunas de las cuales son consideradas clásicos del séptimo arte, y Escritos: Cine, arte y literatura, una compilación de escritos de cine, escritores y artistas plásticos que al autor le han apasionado a lo largo de su vida. Solo para mencionar algunos, se encuentra un ensayo sobre la vida y obra de Vincent van Gogh incluida su famosa correspondencia con su hermano Theo o un ensayo sobre el prolífico escritor japonés Yukio Mishima.
Este, su tercer libro, Solo cine contiene una selección de las películas del primer y segundo libro, clásicos como El que debe morir, película francesa de 1957, que ha resistido incólume el paso de los años; El miedo devora las almas, dirigida por Fassbinder, relacionada con inmigrantes en Alemania de países del Norte de África, particularmente de Marruecos en los años setenta; y El lugar sin límites, película mexicana basada en la obra homónima del escritor chileno José Donoso.
Solo cine contiene además comentarios de películas variadas, entre ellas: Luces de la ciudad, de 1931, escrita, dirigida, musicalizada y protagonizada por el gran Charles Chaplin. De otras películas, don Alfonso hace énfasis en la música que es otra de sus pasiones. Cuando habla de Carmen, dirigida por Carlos Saura, interpretada por Antonio Gades y Laura del Sol, o Breve encuentro, una historia romántica al estilo de los años cuarenta, en la que se escucha el concierto número dos para piano de Rachmaninov interpretado por Elleen Joyce que acompaña de manera magistral esta historia, haciendo de la música un protagonista.
Además nos presenta unas cuantas películas importantes de estos tiempos tormentosos del comienzo del tercer milenio, como Amor del director Michael Heneke, 2012; Frantz, de François Ozon, 2016, y Llámame por tu nombre de Luca Guadagnino, 2017.
Al terminar nuestro recorrido en el museo, yo, olvidando que los caballeros andantes aún existen, quise invitar a don Alfonso a almorzar en algún restaurante en el barrio de la Candelaria, él sonrió diciendo que si yo realmente deseaba probar buena comida, debíamos volver a casa. Sin lugar a dudas tenía razón, mientras saboreábamos los diversos platos y postres que llegaban a su mesa, continuamos conversando sobre música, arte, literatura y cine. Al final de nuestro almuerzo, se levantó para poner música y mientras yo disfrutaba un delicioso café, las notas de Stravinski danzaban por todos los recovecos de esa casa donde en los closets no se cuelga ropa sino que se llenan de libros; donde una colección de más de mil búhos nos observaban desde vitrinas, repisas y paredes; galerías de fotografías con pintores, escritores y compositores se mezclaban con las sonrisas de su esposa, hijos y nietos. La magia de la música se apoderó de nuestro silencio y allí nos quedamos por un largo tiempo.
Los invito a poner música, preparar un delicioso café, sentarse en su sillón favorito y disfrutar de Solo cine.
Escritos: Cine, arte y literatura. Este libro de Alfonso Alfaro es una compilación de escritos sobre diferentes temas que al autor le han apasionado a lo largo de su vida. Se refiere, por ejemplo, a tres grandes exponentes de la cultura japonesa del siglo XX: Yasunari Kawabata, ganador del premio Nobel de Literatura en 1968; al prolífico y controvertido escritor Yukio Mishima (1925-1970) y al célebre director de cine Akira Kurosawa, ganador del Oscar por su película Sueños en 1990. Alfonso Alfaro dedica uno de sus escritos al pintor Vincent Van Gogh, desde una perspectiva diferente e igualmente sorprendente, a partir de la abundante y profunda correspondencia con su hermano Theo, su amigo, confidente y representante.
Rinde un homenaje a la “Divina” Greta Garbo, al director Ingmar Bergman y al director y actor Victor Sjostrom, todos ellos suecos, revelando algo de una cultura especial dentro del concierto europeo y occidental.
Hace un viaje a través del tiempo y de las artes alrededor de la figura del búho, ave mítica de la que posee alrededor de mil quinientos ejemplares de diversas culturas, en materiales de todo tipo, desde el barro a la porcelana, del metal a las piedras preciosas, de las más nobles maderas, y pinturas y dibujos de algunos artistas de la plástica nacional e internacional.
Rinde un homenaje a la “Divina” Greta Garbo, al director Ingmar Bergman y al director y actor Victor Sjostrom, todos ellos suecos, revelando algo de una cultura especial dentro del concierto europeo y occidental.
Hace un viaje a través del tiempo y de las artes alrededor de la figura del búho, ave mítica de la que posee alrededor de mil quinientos ejemplares de diversas culturas, en materiales de todo tipo, desde el barro a la porcelana, del metal a las piedras preciosas, de las más nobles maderas, y pinturas y dibujos de algunos artistas de la plástica nacional e internacional.
Una visión diferente presenta las reseñas de 100 películas de varios continentes realizadas a lo largo del siglo XX, algunas de las cuales se han convertido en clásicos del Séptimo Arte. El libro abarca desde el cine mudo hasta animaciones tridimensionales e incluye la mayoría de géneros cinematográficos, a partir de novelas históricas, obras clásicas de la literatura y ficción. Es la visión del autor sobre películas relevantes de la historia del cine desde sus inicios hasta la década de los noventa. Un libro dedicado a los amantes del buen cine.
Una vision diferente es “la mejor muestra de la legítima preocupación del director de una cinemateca en Colombia, que encontró a través del cine, una forma para enriquecer, modelar y formar el gusto de los cineastas y del público en general, y que contó con la inmensa satisfacción, al final de cada película, de ver su sueño cumplido en medio de la oscuridad de la sala, al complacer y divertir a la inmensa mayoría de los asistentes. El mágico mundo de la ilusión y del ensueño, al que tenemos acceso, para felicidad nuestra, con la simple compra de la boleta en la taquilla.” (Aparte del prólogo por Mauricio Acero Montejo).
Una vision diferente es “la mejor muestra de la legítima preocupación del director de una cinemateca en Colombia, que encontró a través del cine, una forma para enriquecer, modelar y formar el gusto de los cineastas y del público en general, y que contó con la inmensa satisfacción, al final de cada película, de ver su sueño cumplido en medio de la oscuridad de la sala, al complacer y divertir a la inmensa mayoría de los asistentes. El mágico mundo de la ilusión y del ensueño, al que tenemos acceso, para felicidad nuestra, con la simple compra de la boleta en la taquilla.” (Aparte del prólogo por Mauricio Acero Montejo).